jueves, 22 de diciembre de 2011

Nice

Desde antes de conocerte fuiste, y eres, mi libertad, mi rebeldía y mis ganas de soñar. Durante unos instantes fuiste mi mirada, y conseguiste que pudiera ver y soñar con los ojos cerrados, a través de tu boca. Poco a poco cobras más importancia en mi persona, como un maravilloso y benigno virus que va infectando todo mi cuerpo con su sonrisa, con su vitalidad.