Mis ojos
derretidos
resbalan
por mi cara
y
caen
sobre
tu
blanca
piel,
como gotas
de
ácido,
quemándola
Pero tú,
tranquila,
me miras
me sonries
me quieres
Confías,
y yo
cada vez
más
ausente
con mis libros
mi cerveza
mi tabaco
Tú
me hablas
me llamas
me buscas
yo
te ignoro
me voy
me encuentro
y
veo
que me
he
convertido
en lo que
siempre
he
odiado
y al fin
e
inevitablemente
me odio
y al fin
e
inevitablemente
me
odias.
aspirante