George Orwell (1984)
domingo, 2 de octubre de 2011
1984
Este cuerpo joven y vigorso, desamparado ahora en el sueño, despertó en él un compasivo y protector sentimiento. Pero la ternura ue habia sentido mientras escuchaba el canto del pájaro había desaparecido ya. Le aparto el mono a un lado y estudió su cadera. En los viejos tiempos, pensó, un hombre miraba el cuerpo de una muchacha y veia que era deseable y aquí se acababa la historia. Pero ahora no se podía sentir amor puro o deseo puro. Ninguna emoción era pura porque todo estaba mezclado con el miedo y el odio. su abrazo había sido una batalla, el clímax una victoria. Era un golpe con el Partido. Era un acto político.
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